Los juegos siempre han ido de la mano del ser humano. Numerosos registros arqueológicos nos hablan de que la diversión es algo inherente a nuestra especie, prácticamente inseparable de lo que nos define, la sociabilidad.
Por tanto, si queremos hablar de su historia nos deberíamos remontar decenas de miles de años atrás.
Por suerte, en este artículo voy a hablar de la historia de los juegos de casino, en el que por propia definición entra en escena el dinero. Pero tampoco me voy a ir tan atrás.
Me voy a centrar en los juegos de casino modernos, más concretamente en los cuatro más importantes. La ruleta, el blackjack, los dados y el poker.
La ruleta
La ruleta es probablemente el juego más simple del casino. Una ruleta que gira y una bola. Nada más.
Por eso hay registros de juegos similares desde hace cientos de años, como la Ruleta de la Fortuna, en donde se juntaba el misticismo, la diversión y la ciencia (en la eterna búsqueda de la máquina del movimiento perpetuo).
Y esta es su historia:

El inventor
El científico Blaise Pascal creó la ruleta en el siglo XVII. Una ruleta con 36 números que sumados dan 666, el número mágico.

Sin rentabilidad para el organizador
En un primer momento toda la recaudación iba a parar a los ganadores en cada ronda. Se pagaba 36 veces lo apostado a quien acertara el número y el doble de los apostado a quien acertara las apuestas de rojo/negro y par/impar. El organizador de la ruleta no sacaba ningún beneficio.

Los hermanos Blanc tuvieron una idea
Años más tarde los hermanos Blanc añadieron un ‘0’ para conseguir crear un negocio rentable en sus salas de juego.

Con el '0' llegaron los beneficios
Con el cero añadían una casilla más sin tener que pagar más por el premio, ya que este además no era ni par/impar ni rojo/negro. Así consiguieron un margen de beneficio para los organizadores de la ruleta del 2,27%
Y claro, el negocio llamó tanto la atención que se abrieron por todo el mundo salas de juego donde los jugadores se divertían y la llamada ‘casa’ ganaba dinero. Todos contentos gracias al ‘cero’.
El blackjack
Es el juego de cartas por excelencia. Y también el único que puede decir que aparece en una de las grandes obras de la literatura universal. Sí, el juego del Veintiuno, el precursor del blackjack, aparece por primera vez en Rinconete y Cortadillo, una de las obras más importantes de Miguel de Cervantes.
Desde entonces el juego ha ido evolucionando allá donde ha llegado. Un ejemplo de ello es que fue en Estados Unidos donde se le bautizó con su nombre actual.
En Nueva Orleans se popularizó en los años 20 del siglo XIX y en torno al año 1849, en los salones del salvaje oeste, se creó una apuesta en donde se pagaba 10 veces lo apostado a quien consiguiera ganar con la J (Jack), de trébol o picas, es decir, con la de los palos negros.
Sí, el nombre de blackjack viene de ahí, de esa gran apuesta especial americana, pero aunque pueda parecer raro, el juego tiene un origen castellano. O al menos fue aquí donde se habló de él por primera vez.
Los dados
La simplicidad de los dados, es decir, adivinar qué números van a salir al tirarlos, hace imposible ponerle fecha a su invento. Sin embargo, al juego moderno del Craps sí se le puede adjudicar época de invención e inventor.
Fue un estadounidense de origen francés, Bernard de Marigny, quien en la primera mitad del siglo XIX ideó el juego de dados moderno inspirándose en una versión antigua francesa en donde los jugadores tiraban los dados al suelo en cuclillas.
¿Su nombre? Crapaud, sapo en francés, en honor a esos jugadores de calle franceses.
Y de ahí al Craps actual van un par de letras menos y unos cuantos tipos de apuestas más, añadiendo cierta complejidad a un juego que en su concepción era muy simple. Gana quien acierte qué número saldrá tras tirar los dados en el suelo.
El poker
El poker tiene muchísimos padres. Su popularidad ha hecho que afloren cientos de historias sobre su origen, pero la verdad es que no está nada claro.
En medio de esta bruma se dislumbra un juego persa que se llamaba ‘as nas’, con reglas parecidas al actual poker. Se cuenta que unos colonos franceses de Nueva Orleans lo aprendieron y lo difundieron por el nuevo país creado (Estados Unidos).
Aunque esto forma parte de la leyenda, y no se sabe si es verdad o no, lo que está bastante claro es que fue un actor inglés llamado Joseph Crowell quien lo describió por primera vez en la propia ciudad del Jazz en 1829.
Y de Nueva Orleans al mundo, ya que es sin ningún genero de dudas el juego de cartas más famoso del planeta.