El fútbol femenino en Chile ha experimentado un crecimiento increíble en los últimos años, y como seguidora de este deporte, he sido testigo de su evolución. Para nadie es un secreto que el fútbol era considerado casi exclusivamente un territorio masculino, al menos para los chilenos, pero hoy, las mujeres han demostrado su talento, pasión y determinación en la cancha.
Un momento histórico: El Mundial 2019
Recuerdo cuando la selección chilena femenina logró clasificar por primera vez a un Mundial en 2019. Fue un momento histórico que marcó un antes y un después para el fútbol femenino en el país.
Ver a jugadoras como Christiane Endler, Yanara Aedo y Francisca Lara destacar en escenarios internacionales no solo me llenó de orgullo, sino considero que también inspiró a muchas niñas a soñar con una carrera en este deporte.
La profesionalización del torneo local
El crecimiento del fútbol femenino en Chile no ha sido casualidad. He seguido de cerca su evolución por lo que sé que ha habido un esfuerzo sostenido por parte de clubes, entrenadores y jugadoras para profesionalizar el torneo local.
Aunque aún queda mucho por mejorar, se han dado pasos importantes, como la exigencia de contratos profesionales para las jugadoras en los clubes de Primera División.
Antes, muchas futbolistas debían complementar su pasión con otros trabajos, lo que limitaba su desarrollo. Ahora, cada vez más equipos apuestan por el fútbol femenino, brindando mejores condiciones y mayor visibilidad.
El cambio en la percepción del público
Considero que el cambio más grande ha venido del público chileno. Si bien al principio los estadios no solían llenarse para los partidos femeninos, hoy en día hay más cobertura mediática y apoyo de los hinchas.
Ver a cientos de personas alentando en la final del campeonato nacional o siguiendo a la selección en competencias internacionales demuestra que el interés está creciendo.
Desafíos y un futuro prometedor
Sin embargo, aún existen desafíos. La brecha de género en el fútbol sigue siendo evidente, con diferencias salariales abismales y menos inversión en infraestructura para el fútbol femenino.
A pesar de ello, veo con optimismo el futuro. La determinación de las jugadoras, el apoyo de los hinchas y el creciente respaldo de los clubes me hacen creer que el fútbol femenino en Chile seguirá avanzando.
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